April 11, 2025

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En marcha

Por Macerlo Di Marco

No te vuelvas, camarada, no mires atrás:

el campo del honor se descompone

de cadáveres, el aire en el calor de la podre

hiede de clarines disonantes. Y aquella

vibrante irradiación que encandila a la manada

no es la aurora azul y blanca que renace, no es

el anuncio de un destino siquiera posible. Es

solamente un eco, ni apenas una chispa. ¿La ves,

opacada por la luminosa sangre de los héroes

que enfanga de rojo tus pisadas de vencido?

Más allá del pantano se prolonga un horizonte

de lamentos. Los mediocres depravados

se encumbraron, ríen a carcajadas desdentadas

las madamas: las urnas putrefactas celebran

su orgía en el lábil deliquio

de la crápula. ¿Ves cómo los cuervos escarban

en los ojos de nuestros camaradas muertos,

cómo el afán de mandar nos lanzó enceguecidos

a la peor de las derrotas posibles: la muerte

de la ilusión? Despierta de una vez, patria mía.

Que la esperanza te incite de futuro, compañero,

que un amanecer acribillado de esplendores 

te envuelva. No te debatas entre elegías sin nombre,

no des por sentado tu fracaso: ya hondas ráfagas

planean por el cielo esparciendo en lo marchito

nuevas semillas. Son tus hijos, son tus nietos.

Es tu descendencia latiendo de promesas. Es

el sereno paso marcial

de las nuevas legiones en camino.

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